Si te estás dedicando de lleno a la realización de traducciones, ya sea para una compañía o por cuenta propia, a medida en que realices diferentes trabajos, tú mismo notarás qué debes mejorar en el resultado final y qué carencias o dificultades observas.
Nadie puede conocerte mejor que tú mismo, y si tienes como meta convertirte en un traductor profesional y mejorar la calidad de tu trabajo, observa bien las dudas y errores comunes que cometes al traducir, si tienes un desconocimiento de cierta terminología con la que debes trabajar, si ves que realizas repeticiones excesivas o los textos resultan tan fieles al original que se pierde el sentido en el idioma meta.
Por eso en esta oportunidad te quiero dejar algunos consejos para mejorar y perfeccionar tu técnica de traducción.
Lectura diaria
Sin importar los idiomas con los que trabajes, el primer paso para ser un buen traductor es dominar tu lengua materna, por ello es fundamental tomar un espacio de tu día para leer y fijarte en el estilo de escritura, a la vez que aprendes nuevas palabras. Te recomiendo leer a buenos escritores, porque hoy en día todo el mundo escribe y lo hace público gracias al internet, pero no todas las personas escriben correctamente.
Igualmente es importante leer diferentes tipos de temas y formatos, dependiendo del área a la que te dediques, porque no es lo mismo trabajar como traductor de obras literarias, videojuegos, material publicitario, documentos legales o informes médicos, porque cada uno de estos presentan características diferentes, como el formato, el vocabulario, el modo de expresión, la formalidad, etc.
En internet puedes encontrar novelas, cuentos, gacetas, informes, resoluciones, artículos, leyes, entre otros documentos, que te pueden ayudar a enriquecer tu vocabulario y a familiarizarte con las diferentes modalidades de expresión de cada uno.
También puedes dedicarte a leer sobre alguna área en particular, por ejemplo: ingeniería, medicina, economía, deportes o arte, especialmente si tienes alguna rama que sea de mayor interés para ti.
Contar con material de apoyo
La lectura diaria te va a ayudar a recopilar cierto material de apoyo para futuros trabajos e igualmente puedes ayudarte con diccionarios monolingües, bilingües y especializados para precisar términos.
Aparte de investigar el significado o traducción de ciertos términos técnicos, un diccionario es bastante útil para aprender otras formas de expresar la misma idea de diferentes maneras, utilizando otras palabras de enlace que tal vez desconocíamos.
Un buen traductor no debe conocer todas las palabras y formas de expresión existentes en el mundo, pero sí debe estar preparado con todos los recursos y material de apoyo que tenga a su alcance, en caso de que le toque traducir un texto sobre un tema que conoce poco.
En caso de duda: recurrir a las fuentes oficiales de información
Cuando estés trabajando con un documento y tengas dudas sobre la traducción de ciertos términos, conceptos o nombres de proyectos u organizaciones, recurre a las fuentes oficiales donde puedes obtener dicha información.
Por ejemplo, si estás trabajando con un texto donde se mencione algún programa de las Naciones Unidas que tiene traducción, lo mejor es ir directamente a su sitio web y verificar la traducción que han utilizado ellos para dicho programa. Lo mismo sucede con otras organizaciones o empresas donde puedes encontrar su propia terminología.
Releer y revisar
Siempre que termines una traducción, tómate unos minutos de descanso y a continuación comienza a releer y revisar con atención lo que has traducido. Lo ideal es leer con ojo crítico y si es posible, anota los puntos débiles que debes mejorar en futuras traducciones.
Con esto no solo vas a corregir los posibles errores que hayas pasado por alto, sino que vas a poder mejorar algunas frases y también observarás tus fortalezas.
Practicar
Es comprensible que si te dedicas a realizar traducciones, al terminar tu jornada diaria lo último que quieres es seguir traduciendo documentos (por los cuales no te van a pagar). Sin embargo, es importante ejercitarse en el oficio que desempeñamos para ser cada vez mejores.
Existen diferentes tipos de ejercicios que puedes conseguir en internet para ser un buen traductor, y algunos puedes hacerlos en poco tiempo y estando en casa, ya sea tomar frases cortas para traducirlas o elegir oraciones que tengan ciertos defectos para estructurarlas mejor.
También puedes ejercitar tu mente con la escritura creativa, que aunque parezca de otra área, en realidad esta práctica te ayudará a escribir mejor y ganar fluidez.
Estos no son los únicos consejos que puedes aplicar para ser un buen traductor, también alcanzarás tus metas de convertirte en un profesional en el área, si te propones implementar diferentes estrategias a fin de mantener tus fortalezas y mejorar tus puntos débiles.
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